Bruce Springsteen & The E Street Band - Live at Barcelona 30.05.2023 (THE BEST COLLECTION)



 

Tiene 73 años y empieza a ser consciente de que se acerca su final como gran héroe del viejo rock, canta sobre la muerte y la eternidad, pero esa noche sacó la apisonadora en Barcelona.


Un tipo todavía capaz de reinar en un escenario gigante con una energía que podría iluminar toda una ciudad. De acuerdo, ya no pega carreras por las pasarelas, ni se sube al piano, ni se tira al suelo, pero sigue siendo mejor performer que el 99% de los artistas que ahora mismo estén girando por el mundo. Por no hablar de una voz que todavía es capaz de hacer retumbar tu caja torácica con el grito final de ‘Backstreets’.


Pero a la que empieza a sonar el bombo y los primeros acordes de ‘My Love Will Not Let You Down’, te olvidas de todo eso y te dejas arrastrar por el potente sonido que esta panda todavía es capaz de arrancar de sus instrumentos.


En ambas noches, el setlist siguió el guion trazado a lo largo de su primer tramo por Estados Unidos, con un trasfondo narrativo similar al de su último álbum Letter To You, en el que ‘Ghosts’, ‘Last Man Standing’ y ‘I’ll See You In My Dreams’, estas dos últimas interpretadas en acústico, son las piedras angulares para que Springsteen invoque a los amigos y compañeros que ya no se encuentran entre nosotros, y nos recuerde la importancia de disfrutar del presente. Otras piezas de su catálogo como ‘Backsteets’, ‘The Rising’, ‘Bobby Jean’ o ‘Tenth Avenue Freeze Out’ (en la que aparecen imágenes de los fallecidos Clarence Clemons y Danny Federici en las pantallas) ayudan a subrayar ese mensaje.


El resto del repertorio se reparte entre temas que podríamos considerar clásicos (‘Prove It All Night’, ‘The Promised Land’, ‘Out In The Street’, ‘Thunder Road’…) y otros que pueden suponer un cierto desafío para el fan casual, especialmente ‘Kitty’s Back’ y ‘The E Street Shuffle’ de su segundo álbum, con largos desarrollos instrumentales que le sirven para coger algo de aire, y exhiben la riqueza musical de una banda que vale su peso en oro. Pocos combos son capaces de arrollarte como una apisonadora en ‘Candy’s Room’, trasladarte a un callejón de New Orleans en ‘Johnny 99’ o transformarse en una banda de soul que te hace sentir como si estuvieses en el Apollo de Harlem. Mención especial merece el batería Max Weinberg, un titán que todavía comanda la nave con una autoridad impecable, o un Jake Clemons que por fin ha encontrado el truco del soplo huracanado para hacer sonar el saxo como su tío.


Si las dos primeras horas son algo más exigentes de lo habitual para un concierto de estadios, la recta final está pensada para la fiesta y el éxtasis colectivo. ‘Because The Night’, ‘Wrecking Ball’, The Rising’, ‘Badlands’, ‘Born In The USA’, ‘Glory Days’, ‘Born To Run’ (esos segundos antes de la última estrofa siguen poniendo la piel de gallina cada vez que los vives), o ‘Dancing In The Dark’ son los momentos álgidos en un show lleno de ellos. Springsteen no necesita de pirotecnia, ni muñecos hinchables, ni plataformas voladoras, le basta con encender las luces del estadio para que el público se convierta en el propio espectáculo.


La euforia de escuchar, una vez más, y todavía en plenitud, a uno de los artistas que te ha acompañado durante toda tu vida, y la melancolía de pensar que esas susurradas «Cause I’ll see you, I’ll see you in my dreams» quizá sean las últimas palabras que le haya oído salir de su boca. 


Pero si esto es un adiós, no hay mejor despedida posible.


El concierto es el realizado el día 30 de Mayo, su segunda noche en Barcelona. 

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