El principal objetivo de una banda de rock es vender discos, aunque para ello se tengan que adaptar a lo que diga el diablo. El éxito masivo resta autenticidad a un grupo, o quizás lo piensen muchos así, nada mas alejado de la realidad, por supuesto, todos los músicos pasan por una relación amor-odio con sus seguidores en algún momento de su carrera por pasarse de comerciales en sus trabajos, el ejemplo que mas me viene a la cabeza es Metallica con sus Loads, pero seamos realistas, la música evoluciona con la edad de tus estrellas favoritas, de la rabia y contundencia de su juventud, pasando por la experimentación en la mediana edad, y volviendo a sus raíces, o intentándolo cuando ya son mas mayores. Siempre he pensado que Europe fueron injustamente despreciados por el sector mas conservador de rockeros, y quizás la culpa la tenga quien maneja los hilos del negocio musical desde los despachos, algo que me recuerda al fenomeno Heroes del Silencio, banda de muchísima calidad

Desde la cacareada salida del guitarrista KK Downing (que no para de despotricar contra sus antiguos compañeros), los problemas de movilidad de Rob Halford y la retirada por causa del Parkinson de Glenn Tipton, todo hacia presagiar que los Sacerdotes de Judas tenían las horas contadas. La entrada de Richie Faulkner ha insuflado energía a una banda que necesitaba un soplo de aire, un enorme guitarrista y compositor que da la talla, ya que no es fácil tocar a la sombra de K.K. De repente, sacan uno de los mejores albunes de su carrera, el absolutamente recomendable FIREPOWER, que contra todo pronostico vuelve a poner a Judas Priest en el mapa. En directo Glenn es sustituido por el correcto Andy Sneap, y sale en esporádicas apariciones en las que su terrible enfermedad le deja. Pues esto es lo que dan de si los Judas del 2018, que no es poco. El directo que nos ocupa esta recogido en el festival de Bloodstock Open Air 2018, en Catton Park, UK. Y es una muestra de que